Los proyectos de negocios involucran una planeación rigurosa donde se contemplen todos los escenarios posibles, esto incluye la posibilidad factible de éxito y de fracaso y también radica en que no todo se traduce en un beneficio económico, aunque este sea el carácter principal, existen también otras recompensas de tipo moral o social.
Es importante ver los avances de nuestro nuevo proyecto de valor físicamente, para esto debe haber un grupo o personas especializadas en gestión de negocios, para ordenar gráficamente el progreso, identificar qué se ha conseguido y qué hace falta para dar el siguiente paso. Esto no solo compete a la dirección gerencial, sino a todos aquellos involucrados de alguna manera en la consecución de un proyecto de negocios internacionales.
Hablar de éxito es soñar, tener expectativas altas, transmitir un sentimiento de lucha y progreso compartido. Esto no solo estimula a que el proyecto de valor crezca, también hace ver que será un triunfo compartido; en este sentido un coach ejecutivo será de gran ayuda ya que él con sus conocimientos, mantendrá al grupo en una misma sintonía.
No se debe soslayar el fracaso, es obvio que hay un alto riesgo de no conseguir la meta, sin embargo no se debe desestimar el trabajo que se hizo. Muchas veces el hecho de que los proyectos de negocios internacionales no se realicen se debe a fisuras en aspectos de la planeación y a la gestión de negocios e intersticios que debieron identificarse, por eso es importante recalcar que es necesario no improvisar y tener expertos en todas las áreas.
Los plazos en un proyecto de valor son un punto a llamar la atención, es claro que no todo en la planeación debe cumplirse a pie de la letra; hay que dar margen entre un objetivo y otro, pero sobre todo hay establecer plazos reales, metas que sean factibles. De esta manera se debe concebir el empleo de asesoría externa, un agente ajeno a la empresa que sabrá identificar las áreas de oportunidad a desarrollar.
El presupuesto asignado para el proyecto de negocios de algún modo es un indicativo de en cuánto tiempo se recuperará la inversión. Es claro que con una inyección económica fuerte, los objetivos se cumplirán en menor plazo, sin embargo el dinero no lo es todo y un equipo sólido, motivado y con ambiciones laborales, trabajará mejor que uno aislado.
La definición de qué es lo que se quiere hacer, es decir, el giro del nuevo proyecto de valor, constituye un paso vital. Se suele incurrir en el error de querer abarcar demasiado cuando son las particularidades las que hacen la diferencia y centrarse en el beneficio que traerá es de suma importancia. Ubicar el sector o nicho al que irá dirigido, garantiza en gran medida el éxito o fracaso de nuestro proyecto de negocios internacionales
Adair Rodríguez
UTEL Editorial