El desarrollo del sentimiento de la empatía es un factor medular que configura nuestro sentido de ética, creación de la inteligencia humana que versa sobre la calidad moral de la conducta humana.
Generacionalmente la ética ha sido impartida como un conjunto de prohibiciones, obligaciones y normas que debe seguir el hombre. En el contexto de la inteligencia emocional, este concepto adquiere una dimensión paralela que tiene que ver más con actitudes vinculadas al desarrollo de la empatía.
La actitud empática está íntimamente ligada a los juicios morales, dado que estos se relacionan con víctimas potenciales; por ejemplo ¿qué haríamos si nuestra mejor amiga (o) viviera engañado por su pareja y nosotros lo supiéramos? ¿Mentir o decir la verdad? Estos son los dilemas éticos que requieren una decisión dolorosa invariablemente.
Conocer los principios de la inteligencia emocional orienta a tomar una determinación desde la perspectiva de la empatía. Cuando nos comunicamos significativamente con alguien establecemos vínculos, nos “conectamos con lo que le pasa”; decidir con ética es siempre decir la verdad.
La inteligencia emocional apela a tener un óptimo desarrollo moral, es decir tener emociones y conductas que reflejen interés por los demás: compartir, ayudar, estimular, mostrar actitud altruista, respeto hacia los otros y voluntad legitima para respetar y hacer valer las correctas normas sociales.
Aquí se enlistan de manera breve capacidades que debe poseer el individuo con sentido ético entendido en inteligencia emocional:
》Discernir. Es un principio fundamental de la ética, se basa en distinguir una mala conducta de una buena a partir de nuestra calidad humana.
》Reacción emocional. Es una respuesta emotiva a la violación de las normas morales, puede ser vergüenza, indignación, temor, etc., estos sentimientos nos motivarán a actuar para revertir el acto.
》Empatía social. Tiene que ver con el grado en el que nos involucremos de manera positiva en los menesteres de nuestros círculos: amigos, familiares, vecinos, etc.
》Impulsar el sentido ético. Nuestros actos hablan por sí mismos, no obstante el contenido que generemos en redes sociales y otros medios ayudará a generar un clima de sana convivencia o de responsabilidad social.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
