Lenguaje y herramientas de competencia conversacional

En nuestra vida cotidiana hacemos constantemente variadas observaciones y realizamos múltiples juicios, se trata de herramientas de competencia conversacional que podemos desarrollar para mejorar nuestra comunicación interpersonal.

Desde el enfoque del coaching, contrario a la creencia popular, las observaciones y los juicios no son buenos ni malos, ni las observaciones son mejores que las opiniones, son herramientas de competencia conversacional que si se formulan correctamente pueden dotarnos de recursos valiosos para ser más convincentes y lograr un discurso sustancial.

Al ser esencialmente seres lingüísticos, emocionales y hombres de acción, los fundamentos del coaching se sustentan bajo los pilares del lenguaje como herramienta creadora de un presente y un futuro según lo configure el hablante. De acuerdo con Rafael Echeverría creador de la Ontología del lenguaje: “el lenguaje es acción, lo utilizamos para trasformar y darle sentido a nuestra vida”.

En el contexto del coaching es necesario hacer distinciones entre hechos, observaciones,  opiniones y juicios, para expresarnos con más precisión y no dar cabida a interpretaciones que generen discrepancias con nuestro interlocutor. Las herramientas de competencia conversacional apelan a utilizar el lenguaje con más especificidad.

Por ejemplo en la oración: “María llegó tarde a las últimas dos reuniones en equipo”, aquí se infiere una observación y un hecho al mismo tiempo; el hecho que reincide en su impuntualidad y la observación al emplear el verbo “llegar” en pasado. Si solo se quisiera enunciar el hecho la oración sería “María llega tarde a las reuniones en equipo”.

Para evaluar si un juicio u opinión son productivos es importante ponderar estos 4 aspectos:

■ Admisión. Lo que expresa el interlocutor no constituye un hecho tajante, es una opinión que se debe valorar y tiene importancia de  acuerdo a quien la emita.

■ Fundamento. Dar observaciones requiere de tacto y de datos que las sustenten.

■ Objetivo. Preguntarse qué finalidad me motiva a emitir una observación o juicio, qué gano con enunciar un hecho, por qué me concierne a mí.

■ Razonamiento. Es una etapa de análisis previo a expresar el juicio u opinión, meditar qué impacto tendrá y cómo afectará al emisor y receptor; si bien no se necesitan dos horas para pensar en ello, detenernos y pensar un poco puede empoderar nuestro discurso.

Las herramientas de competencia conversacional mejoran nuestro nivel de comunicación interpersonal y le dan otra dimensión a la concepción que la gente tiene de nosotros mismo.

Adair Rodríguez Angeles
UTEL Editorial

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