Los que trabajamos en Internet, sabemos que es una de las herramientas más poderosas sobre la faz de la tierra. Así como tenemos la posibilidad de visitar cualquier sitio y a cualquier tipo de información, cuando se trata de completar un trabajo, puede ser un gran distractor. ¿De qué forma podemos combatir las distracciones del internet? Aquí una curiosa anécdota sobre cómo combatirlas.
Fred Stutzman era un estudiante de la Universidad de Carolina del Norte en los Estados Unidos, todos los días visitaba su lugar favorito para trabajar en su tesis, un pequeño café del campus, cerca de donde vivía. Un día común, se disponía a efectuar su rutina cuando se dio cuenta de un gran peligro, el café ahora contaba con wifi e internet móvil, lo que le daba la posibilidad de ingresar a cualquier cantidad de entretenimiento.
Resulta que ahora la rutina de Stutzman se vio severamente afectada por la posibilidad del entretenimiento por Internet. A cualquier momento interrumpía su trabajo para poder checar sus updates y mensajes en redes sociales. Ya que Fred era un programador que estudiaba las ciencias de la información, cuando regresó a su casa, decidió crear una aplicación para solucionar este problema.
Su solución consistía en una aplicación que impide al ordenador ingresar a internet durante un tiempo determinado. Lo único que se tiene que hacer es programar cuánto tiempo se quiere concentrar en el trabajo, y la aplicación impedirá el ingreso a cualquier tipo de red. Si se siente la necesidad de revisar mensajes y updates para “tomar un descanso”, se tendrá que reiniciar completamente el sistema.
La aplicación se llamó Freedom y poco tiempo después de creada se hizo viral, logrando más de 50,000 descargas. De acuerdo con James Clear en su artículo «How to eliminate Procrastination» (The Surprising Strategy One Man Used) el éxito de esta aplicación se debe a que elimina la necesidad de estar tomando pequeñas decisiones mientras se trabaja.
Ya que checar mensajes y redes sociales involucra tomar pequeñas decisiones una y otra vez (aunque sean insignificantes), estas debilitan nuestra fuerza de voluntad. Los buenos hábitos se refuerzan si se tienen que tomar menos decisiones, y se combate la “fatiga” de la fuerza de voluntad, al ser puesta a prueba por el universo de distractores de internet.
Ernesto Uranga
UTEL Editorial
