Anteriormente hemos hablado sobre la efectividad de los equipos de trabajo en los ambientes laborales, sin embargo, en ambientes académicos en ocasiones nos encontramos frente a la necesidad de colaborar en equipos escolares. Lograr la efectividad es un anhelo de cualquier equipo de trabajo, y para que esto suceda se necesita una línea congruente entre cada uno de los integrantes.
No solo es necesaria una habilidad para trabajar en equipo, en caso de los equipos de trabajo escolares, sino que también es vital una cualidad para el aprendizaje, tanto en uno mismo, como en transmitirlo al resto de los miembros del equipo. Los docentes plantean las habilidades de trabajo en equipo según ciertos criterios conductuales que se desarrollan en distintas fases, según el nivel de compromiso de los alumnos.
De acuerdo con el portal de educación chileno Educar, los criterios con los que se apoya a las competencias de los docentes son conductuales y se dividen en los siguientes elementos (responden a algo parecido a un “ideal” en la forma de trabajar en equipo de los alumnos): el alumno se compromete con los objetivos de trabajo y proyectos, entrega los resultados a tiempo, brinda apoyo y supervisión (adquiere responsabilidad por las tareas que asigna), y asume la responsabilidad de los errores de su equipo de trabajo. De acuerdo a estos objetivos se establece una escala que va calificando al alumno de acuerdo a los criterios de: desarrollo inicial, en desarrollo, desarrollado y destacado.
Si tomáramos el ideal de los criterios conductuales de los alumnos y los comparamos con el nivel destacado de la escala, tendríamos los siguientes resultados:
El alumno es sumamente autoexigente, busca mejorar la calidad del trabajo y por ende del proyecto. Tiene interés en infundir motivación en el resto de sus compañeros del equipo.
Tiene un nivel de proactividad con las tareas asignadas, siempre se anticipa a las entregas y se preocupa por la calidad de los trabajos entregados.
Es reconocido por el apoyo que brinda al resto de los integrantes del equipo, propone diferentes alternativas para la realización de las tareas, y asume la responsabilidad de los trabajos realizados como si fueran propios.
Aparte de reconocerse responsable sobre el trabajo de todo su equipo, tiene la capacidad para formular y reformular estrategias que otorguen unión y eficiencia al grupo.
Estos puntos elementales describen las actitudes con las que deben contar los alumnos para lograr más efectividad en los equipos de trabajo escolares. Su presencia implica el acercamiento más acertado al ideal establecido por los docentes.
Ernesto Uranga
UTEL Editorial
Fuente:
http://ww2.educarchile.cl/Portal.Base/Web/verContenido.aspx?ID=137603