Se conoce como “duelo” al proceso por medio del cual el ser humano va adaptándose de forma gradual a la vida después de una pérdida. Involucra las reacciones físicas, emocionales, familiares, sociales, de conducta, espirituales, entre otros tipos, que se presentan en respuesta a estas, las cuales pueden ser físicas, como la muerte de un ser querido, el auto robado, etc., y las intangibles como quedarse sin trabajo o la ruptura con la pareja.
Etapas del proceso de duelo
- Negación. Consiste en un aturdimiento emocional, una especie de shock, cuyo objetivo es defender a la mente de la realidad de manera temporal; es decir, tiene un fin adaptativo.
- Fase aguda. Se conforma de una gran cantidad de emociones que muchas veces desbordan a la persona que ha sufrido la pérdida, como tristeza, ira, recriminaciones a uno mismo, etc.
- Cambio, reorganización y restablecimiento. Es la fase en la cual la persona que ha sufrido la pérdida establece una nueva vida, con nuevos objetivos y nuevas perspectivas.
Actualmente se reconoce que las etapas descritas no en todos los casos se presentan de forma ordenada y cronológica, además de que hay otras reacciones no enumeradas aquí, como ansiedad, pánico, incluso en algunos casos alivio, entre otras.
El ritmo de vida tan acelerado que predomina en las grandes ciudades, aunado a ciertos factores culturales, ha provocado que asociemos toda expresión de sentimientos a debilidad, y por lo tanto evitemos expresarlos.
Sin embargo, es muy importante reconocer que las pérdidas son una parte natural de la vida, a la que todos habremos de enfrentarnos tarde o temprano, y que por lo tanto, es natural y deseable hablar con toda franqueza de nuestros sentimientos y emociones, ya que si no son ventilados, suelen aparecer más tarde en forma de alguna enfermedad física o trastorno psicológico, en cuyo caso es importante consultar a un profesional.
Ishtar González Rivas
