Literatura, Borges y sus consejos

En alguna ocasión, uno de los grandes de la literatura, Jorge Luis Borges, declaró en una entrevista que la enseñanza de esta materia debería de ser libre, que cada quien escoge qué leer, según le provoque un goce. Con esto, el escritor hizo broma de la educación de ese entonces (Borges era muy bromista), y declaraba que cada quien debe de leer las letras que nos atraigan.

Claro que los pedagogos inmediatamente reaccionaron y criticaron el sinsentido de Borges, ¿Cómo se iba a incluir un plan de estudios específico de literatura? ¿Si cada alumno lee lo que quiera durante el curso? Fuera de elementos fantásticos, el deseo de Borges es fácil de entender. Explica, en casi todas las entrevistas que dio, -el leer un libro es el placer más grande que pueda existir, aunque cada persona se puede guiar por un goce distinto, por un libro distinto-.

Aquí sabemos que uno de los objetivos de la literatura, no solo es la belleza, sino también la reflexión. Que nuestra vida nos presenta un imponente problema que nos ocupamos en resolver a lo largo de ésta. Desde que nacemos hasta que nos morimos. Por otro lado, también nos abrimos a la interpretación de sugerir que Borges habló con la intención de provocar una sed de experiencia.

Y claro esa misma sed de experiencia es la que nos podrá llevar al conocimiento, a mí y a cualquier tipo de alumno, de cualquier tipo de materia, no solo de literatura. Podemos sustraer y mejorar el sentido de las palabras de Borges, y convertirlas en palabras que nos recuerden que siempre, en un ambiente laboral y en uno escolar, debemos de actuar con un espíritu crítico. El pedagogo, por tanto, o la persona que busca constantemente innovaciones educativas, debe de tener la visión de que los alumnos (y los profesores) encuentren goce en el proceso de enseñanza y aprendizaje.

UTEL Editorial