La negatividad es un estado mental prevaleciente en las personas, aunque no puede ser mantenido sin algo a que aferrarse, es muy común.
La cuestión es que se necesita muy poco para que la mente se enfoque en lo negativo, por nuestra naturaleza somos capaces de ver un acto negativo en miles de acciones buenas de una persona o ver la repercusión negativa de alguna situación pasada en nuestra vida presente.
En muchas ocasiones atribuir causas negativas al comportamiento particular de alguna persona, por ejemplo, puede un enamorado o enamorada tener cientos de detalles buenos que deberían de colmarnos de felicidad con su sola presencia, sin embargo a veces solo el olvido del cumpleaños de la novia sirva para terminar la relación.
Otro ejemplo, es cuando un hijo tiene muchos pensamientos y acciones positivas hacia sus padres, como para que un solo acto de rebeldía lo haga ser un malagradecido.
Algo muy relevante de la realidad es que la felicidad y una mentalidad positiva, pueden existir sin que para ello exista una razón causal, todos tenemos la posibilidad y el derecho de ser felices.
Sin embargo en ocasiones nuestra mente da miles de vueltas y usa miles de axiomas para justificar su negatividad, fue esa persona, o aquella otra persona, es así que la planta trepadora de la negatividad requiere de un sustrato sobre el cual mantenerse. Todo eso nos puede llevar a un lugar muy amargo de resentimiento, nada recomendable.
La única estrategia posible es la conciencia, en lugar de volcar el enfoque hacia el soporte que mantiene a la negatividad, observa al origen de la misma, las siguientes preguntas nos pueden ayudar:
¿Porque razón me aferro a ver lo negativo de una persona de la que solo he obtenido cosas buenas? ¿Porque querría relacionarse conmigo alguien de quien pienso tan mal? ¿Soy tan importante como para que todos los comportamientos de las personas tengan su enfoque en mí? son algunos cuestionamientos que nos llevaran a entender como cortar de raíz la planta de la negatividad.
Luis Antonio Aldapa
Alumno UTEL