La Andragogía se puede definir como una ciencia que trata los aspectos históricos, filosóficos, sociológicos, psicológicos y organizacionales de la educación de adultos y un arte ejercido en una práctica social que se evidencia gracias a todas las actividades educativas organizadas especialmente para el adulto (Bernard 1985). Mientras que la Pedagogía es la “Ciencia que se ocupa de la educación y la enseñanza, especialmente la infanto-juvenil”.
Según Knowles (1980), los enfoques pedagógicos consideran que el alumnado no adulto:
- Depende del profesorado.
- Prefiere un aprendizaje centrado en la asignatura / materia.
- Responde bien ante incentivos extrínsecos (motivación).
- No tienen experiencia de vida suficiente como para usarla en favor de su aprendizaje en el aula.
En cambio, los enfoques andragógicos tienden a asumir que el estudiante adulto:
- Prefiere ser responsable de su propio aprendizaje y participar en la planificación y evaluación de la enseñanza.
- Puede usar su propia experiencia de vida como recurso útil para el aprendizaje.
- Prefiere que el aprendizaje se centre en problemas y no en contenidos.
- Responde mejor ante los incentivos internos que externos (motivación).
- Necesitan entender los motivos y la importancia de todo lo que aprenden.
Así entonces, la andragogía es el conjunto de herramientas flexibles orientadas a que el estudiante adulto exprese sus propias experiencias con base en temas claramente definidos compartiendo con otros y retroalimentándose de ellos.
La Pedagogía tiene como objeto de estudio la formación de la persona a través de la educación, considerándola como un proceso debidamente organizado, planificado, dirigido y evaluado. Así, podemos concluir que la educación es el objeto esencial de la Pedagogía. Tomando a la educación como objeto, se deducen conceptos como: educar, enseñar y escolarizar, utilizando un modelo pedagógico, concebido y diseñado para maximizar el aprendizaje de niños y adolescentes.
Mientras que la Andragogía es la ciencia que estando inmersa en la educación permite incrementar el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la creatividad del estudiante adulto, con el propósito de proporcionarle una oportunidad para que logre su autorrealización.
Por eso, el proceso pedagógico y el andragógico son diferentes y no se deben realizar del mismo modo, ya que los niños y adultos tienen visiones diferentes y se debe llegar a ellos con diferentes métodos.
El proceso del conocimiento
Además, la construcción del conocimiento debe partir desde el mismo estudiante, y desde luego la intención no es estudiar más, sino hacerlo mejor, con una actitud adecuada ante el aprendizaje, autocontrol y un papel más activo y participativo en dicha construcción.
El estudio académico puede realizarse de modo mecánico y aburrido o de forma amena, metódica y personalizada. El papel del estudiante dentro del salón de clases ha cambiado desde las primeras Teorías Educativas Conductistas, el estudiante hoy en día no es un mero receptor pasivo que lee y memoriza sin más; es el protagonista del estudio, un procesador de información que valora con pensamiento crítico, amplía, cuestiona, compara y reconstruye la información. Es un investigador capaz de descubrir, explicar y crear un nuevo conocimiento con base en el que le ha sido compartido.
José Barrientos López