Frecuentemente escuchamos hablar sobre la “tolerancia a la frustración” cuando nos encontramos frente a un obstáculo que aparece de manera inesperada o simplemente, cuando los planes no salen como los teníamos visualizados. Todos, en alguna ocasión, hemos experimentado esa sensación de malestar que nos lleva a responder de distintas maneras: sea persistiendo o dándonos por vencidos.
La frustración es una emoción que puede ser definida como ”un sentimiento estrictamente desagradable, en la que una persona deposita previamente todos sus esfuerzos físicos, psíquicos, actitudes, aptitudes y tiempo, con la finalidad de alcanzar un objetivo establecido y a su vez, obtener la anulación del mismo.” (Haykal, s.f.)
Abram Amsel, por su parte, desarrolló una “Teoría de la Frustración” mientras llevaba a cabo trabajos de laboratorio, en donde se percató que la frustración es una emoción de desagrado que aparecía cuando había una interrupción sorpresiva en el accionar de un objetivo. Dicha respuesta emocional, afectaba el desempeño para continuar trabajando en la meta propuesta, pues surgen distintas respuestas ante este impedimento, por ejemplo, evitación: caminar más lento cuando la tarea consistía en recorrer un pasillo para alcanzar la recompensa, luego de que esta había sido retirada. (Baquero y Gutiérrez, 2007)
De acuerdo con Mustaca, (2018) la discrepancia negativa que resulta al comparar lo que se espera y lo que recibe (expectativas), representa una decepción que desencadena las alteraciones psicofisiológicas que caracterizan a la frustración. Cuando aparecen de manera constante, estas respuestas, se pueden ver traducidas en insomnio, estrés, falta de concentración, ansiedad, falta de apetito, depresión, agresión, entre otras.
Partiendo del concepto de “expectativa”, se puede identificar que hay un componente subjetivo con respecto a la respuesta de “frustración”, pues si se percibe un mayor esfuerzo por una recompensa menor, se evaluará la situación como una gran decepción y es probable que se deje de intentar alcanzar la meta. (Mustaca, 2018)
Dentro de la misma Teoría de la Frustración, se define la frustración primaria y la secundaria. La frustración primaria, hace referencia a la persistencia e incremento del esfuerzo en la tarea realizada, provocada por la disminución o ausencia de la recompensa, es decir, cuando notamos la ausencia de recompensa, comenzamos a esforzarnos más, invertir el doble de tiempo o prestar total atención a la actividad. Por otra parte, la frustración secundaria se refiere a las respuestas anticipatorias de la frustración primaria, como una respuesta aprendida que aparece cuando se adelanta la situación de interrupción de recompensa y genera respuestas diferentes como la evitación, p. ej. Comenzar a caminar más lento cuando la tarea consistía en recorrer un pasillo hasta alcanzar el premio; se disminuye el rendimiento como medida de evitación del malestar. (Baquero y Gutiérrez, 2007).
Probablemente muchas de las situaciones a las que nos enfrentamos día a día, tienen una recompensa demorada por la cual valga la pena continuar avanzando, preguntarnos ¿esto que estoy haciendo, me acerca o me aleja unos pasos de mi objetivo?, puede ser útil para fortalecer las habilidades de tolerancia a la frustración, pues nos ayuda a identificar si estamos actuando al servicio de la emoción o al servicio de nuestras metas.
A pesar de que la frustración se experimenta como algo aversivo y doloroso, no deja de ser un estado emocional normal y pasajero, aún a pesar de que las situaciones que lo provoquen, sean obstáculos complejos, por lo tanto, es recomendable reconocer cuándo las cosas no están bajo nuestro control, para cambiar la respuesta de evitación por una respuesta de aceptación y en consecuencia, acciones que nos permitan resolver.
Bibliografía
- Baquero, A. y Gutiérrez, G. (2007) Abram Amsel: Teoría de la Frustración y Aprendizaje Disposicional. Revista Latinoamericana de Psicología, 39 (3), 663-667
- Haykal, I. (s.f.) La Teoría de la Frustración de Abram Amsel. Recuperado de: Amsel https://psicologiaymente.com/psicologia/teoria-frustracion-abram-amsel
- Mustaca, A. E. (2018). Frustración y Conductas Sociales. Avances en Psicología Latinoamericana, 36(1), 65-81
Psic. Ángeles Reyes Cortés
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)