La impulsividad es un conjunto de respuestas emocionales y físicas y está relacionada con conductas desadaptativas, así como con numerosos trastornos mentales, tanto en adultos, niños y adolescentes. Podemos encontrar también la definición de lo que es ser impulsivo como: el deseo de hacer algo de manera súbita, sin reflexionar.
Es posible describir la impulsividad como una dificultad personal para aplazar la gratificación o también puede ser observada como lo opuesto del autocontrol. Es una tendencia a actuar de forma veloz y sin planificar, dejando de poner atención a las demás opciones presentes sin pensar en las consecuencias. (Diccionario de la Real Academia Española).
Esta definición concentra dos elementos importantes de la conducta: impulsividad y reflexividad y enfatiza uno de los componentes esenciales de la impulsividad: las cortas latencias de respuesta entre sentimiento y acción (Gallego C., 2015).
¿Qué es ser impulsivo?
Si bien todas las personas tenemos momentos donde no pensamos en las consecuencias y solo actuamos, podemos dirigir la atención a la constancia de éstas, siendo un detalle el que debería uno detenerse a pensar si la frecuencia es constante y si ha implicado un obstáculo en las actividades diarias o en nuestras relaciones interpersonales.
Y aunque no todas las acciones que sean inmediatas se hagan llamar impulsivas, sí tenemos que pensar en las consecuencias y en si están orientadas por nuestras emociones para no dejarlas en respuestas involuntarias.
¿Tenemos conductas impulsivas?
He aquí dos ideas necesarias para conocer si tenemos conductas impulsivas:
Existe una impulsividad funcional que tiene que ver con el entusiasmo, una constante en la búsqueda de retos; y la impulsividad que incluye comportamientos inesperados y que no mide consecuencias al momento de tomar decisiones. Lo anterior conlleva secuelas para uno mismo y para las personas que nos rodean. Aunque la impulsividad no es algo malo, sí resulta necesario aprender a reconocer y controlar nuestras respuestas.
Para controlar las respuestas impulsivas que llegamos a presentar es necesario: primero, aceptar que tenemos una dificultad para controlar nuestras emociones; y segundo, validar las capacidades que tenemos para lograr un cambio, comenzando desde nuestras metas, emociones, creencias y actitudes.
¿Cómo comenzaremos?
- Describir la situación: identifica el problema siendo específico en lo que está sucediendo. De igual manera, si no lo provocaste, reconoce la intensidad con la que se presenta esta situación.
- Verificar los hechos: empieza con lo que dio origen a este sentimiento de impulsividad. Pregúntate: ¿Qué motivó a este sentimiento? ¿Qué sucedió antes de que esto ocurriera?
- Busca las condiciones que te dejaron expuesto: puede ser que no haya sido un buen día, te sentías sensible, te encontrabas enfermo, preocupado por un familiar o amigo, o tal vez no esperabas que esta situación sucediera.
- Pregúntate: ¿Cómo llegué a esta situación? ¿Qué pude haber hecho para evitarlo? Intenta mantener la concentración en la solución. Puede resultar necesario que respires profundo para lograr una mejor concentración en tu respuesta y sensación en ese momento.
De igual manera, es indicado que consultemos con un profesional de la salud mental para que te ayude a identificar y controlar las respuestas impulsivas. Recordemos que la conciencia del problema es la base para validar lo que sientes y encontrarle una solución.
No olvides que podemos sortear las acciones impulsivas tratando de evitar la consecuencia; pero si te sientes superado por las mismas sensaciones, pide ayuda y valida lo que sientes para respetar a las personas que te rodean.
Psic. Alberto Barcenas
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)
Bibliografía
Diccionario de la Real Academia Española, pagina web., https://dle.rae.es/impulsivo
Gallego Cozar, C. 2015, Técnicas eficaces para el manejo de la impulsividad, trabajo final de grado, pp,10-12. Obtenido de: https://rodin.uca.es/handle/10498/24769
Linehan. M. (2020), Manual de entrenamiento en habilidades DBT para el / la consultante. Editorial Tres Olas. 1ª Ed.