Tips para estudiar y trabajar al mismo tiempo

¿Te sientes abrumado por la tarea aparentemente imposible de compaginar estudios y trabajo? No eres el único. Intentar compaginar las exigencias de estudiar y trabajar puede ser extremadamente difícil, ¡pero no tiene por qué serlo!

Con la planificación y la dedicación adecuada, cualquiera puede superar con éxito sus estudios y, al mismo tiempo, mantener un trabajo. En esta entrada del blog, te daremos algunos consejos sobre la mejor manera de dividir tu tiempo para que puedas tener éxito en ambos aspectos de la vida. Sigue leyendo para obtener consejos prácticos y empezar a dominar este reto diario hoy mismo.

Planifica tu horario con antelación

Crear un calendario de estudio es una buena forma de organizarte y asegurarte de que dispones de tiempo suficiente para realizar tu trabajo. Puede resultarte útil empezar anotando todas las tareas que tienes pendientes y las fechas de entrega, y luego ir retrocediendo a partir de las fechas de entrega para calcular el tiempo que necesitarás para cada tarea.

Una vez que tengas una idea de cuánto tiempo debes dedicar al estudio cada semana o cada día, asegúrate de no sobrecargarte con demasiadas tareas, ya que podrías sentirte abrumado y frustrado. Programa también pequeños descansos, que te ayudarán a concentrarte cuando llegue el momento de volver a estudiar. Por encima de todo, no te desanimes si te resulta difícil seguir el ritmo.

Simplemente recuérdate a ti mismo que el trabajo duro tendrá su recompensa al final y sigue esforzándote incluso cuando te resulte difícil: confía en que tu dedicación al estudio se traducirá en recompensas positivas.

Prioriza tus tareas

Cuando intentes compaginar los estudios con el trabajo, es importante que priorices tus tareas para que no se te escape nada. Para ello, haz una lista de todas tus tareas (tanto académicas como laborales) desde las más urgentes/importantes hasta las menos urgentes/importantes.

A continuación, empieza a abordarlas una a una hasta completarlas todas. Así te aseguras de que todo se hace a tiempo y evitas el estrés innecesario que provoca la procrastinación o el olvido total de algo. 

Deshazte de las distracciones: guarda el teléfono, apaga la televisión, etc.

Puede ser difícil mantener la concentración y la productividad cuando estamos rodeados de distracciones. La mejor manera de hacer las cosas bien es intentar eliminar algunos de los estímulos externos que pueden desviar nuestra atención de las tareas importantes.

Guardar el teléfono antes de empezar a trabajar, apagar la televisión o simplemente cerrar la puerta para limitar el ruido del exterior pueden ser pasos aparentemente pequeños, pero son esenciales para mantener la concentración. Todos estos pequeños comportamientos nos ayudan a mantener el rumbo, así que crea un plan y cúmplelo. A trabajar sin distracciones.

Utiliza la tecnología y las aplicaciones para estudiar y trabajar

La tecnología es una gran herramienta para ayudarte a organizarte mientras compaginas el estudio y el trabajo. Existen varias aplicaciones diseñadas específicamente para gestionar múltiples tareas, como aplicaciones de calendario (Google Calendar), aplicaciones para tomar notas (Evernote), aplicaciones de gestión de proyectos (Trello), etc., que hacen que estar al día sea mucho más fácil que nunca. No obstante, asegúrate de utilizar estas herramientas con prudencia; ¡no dejes que te distraigan ni que añadan más estrés a tu vida!

Tómate descansos: levántate y camina de vez en cuando

Hacer una pausa en el estudio puede ser una de las cosas más beneficiosas para tu capacidad de estudio. Alejarte de tu área de trabajo y levantarte para moverte no sólo te dará la oportunidad de refrescarte, sino que también evitará que tus ojos se cansen de mirar fijamente la misma página durante demasiado tiempo.

Moverte, aunque sólo sea unos minutos, te da la oportunidad de despejarte. Además, es una forma estupenda de mantener la energía y la concentración en lo que hay que hacer. Así que, ¿por qué no hacer descansos? Debería ser fácil de encajar en cualquier horario, y podría ser exactamente lo que necesitas para mejorar tus habilidades de estudio.

Come sano y bebe mucha agua

Alimentarse mientras se estudia es importante para que la mente y el cuerpo funcionen a pleno rendimiento. Comer tentempiés saludables y beber mucha agua es fundamental para mantener la concentración, la atención y los niveles de energía. Un puñado de frutos secos o una pieza de fruta pueden hacer maravillas para mantenerte con energía durante horas. Si es posible, intenta empezar cada sesión de estudio con una comida equilibrada: tu cerebro es una máquina increíble, pero necesita el combustible adecuado para rendir al máximo.

Por último, no te olvides de hidratarte: ¡aprovecha para beber entre 2 y 3 litros de agua al día! Es más fácil de lo que crees: lleva una botella de agua recargable a todas partes para no olvidarte nunca de beber un sorbo. Come bien y bebe lo suficiente: marcará la diferencia en tus estudios.

Organízate: utiliza carpetas, separadores y etiquetas para llevar un registro de tus notas y materiales

Organizar tus apuntes y materiales es esencial para tener éxito en los estudios. Puede parecer una tarea desalentadora, sobre todo con montañas de papeles y documentos, pero existen herramientas que te ayudarán a no perder el rumbo. Utilizar carpetas, separadores y etiquetas es una forma eficaz de mantenerlo todo organizado.

Con estas herramientas, es fácil dividir las tareas o los cursos en diferentes carpetas, una para cada asignatura, mientras que los separadores garantizan que cada carpeta tenga sus propias subsecciones para temas relacionados. Las etiquetas también son útiles, ya que proporcionan una imagen clara de lo que hay dentro de cada carpeta y facilitan aún más la búsqueda. Todas estas herramientas juntas te permitirán gestionar eficazmente tus apuntes y materiales y desarrollar una excelente capacidad de organización.

Practica la autocompasión: no te castigues si no puedes hacerlo todo o si cometes un error

Es natural querer hacerlo todo, intentar exprimir cada momento de nuestro día lleno de tareas, proyectos y otras obligaciones. Pero a veces no podemos. Puede ser difícil aceptar que sólo disponemos de una cierta cantidad de tiempo al día y que las cosas no siempre saldrán según lo planeado. Por eso es tan importante practicar la autocompasión cuando nos enfrentamos a estos momentos. En lugar de castigarte por no haber conseguido algo o por haber cometido un error, tómate un tiempo para ti, respira y recuérdate que lo has hecho lo mejor que has podido en ese momento. Lo mejor de ti no significa perfección, sino comprender que eres suficiente, tal y como eres.

Equilibrar los estudios con el trabajo puede ser un reto, pero no es imposible. Con una planificación adecuada, priorizando las tareas y utilizando la tecnología y las aplicaciones, ¡cualquier estudiante que trabaje puede conseguirlo! Recuerda que cada persona tiene su propio equilibrio entre estudiar y trabajar, así que no te castigues innecesariamente si algo no sale perfecto todos los días. ¡Mucha suerte!

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