Tolerancia: respeto a la diversidad

El mundo es tan diverso como todos los seres humanos. A lo largo de nuestra vida nos vamos desenvolviendo en varios ambientes y, con ello, nos encontramos con personas, costumbres, cosas, hábitos, etc. tan diferentes a nosotros mismos que puede haber algo que no encaje o que choque con nuestras ideas y/o comportamientos.

Este confrontamiento con lo diferente puede ser complicado y muchas veces no sabemos cómo actuar ante ello: nos puede desconcertar, desagradar, lo podemos aceptar o rechazar, la respuesta de lo que hacemos ante esto que no encaja es lo que entraría o no en lo que llamamos tolerancia a la diversidad.

La palabra tolerancia

El vocablo en latín tolerantia significa soportar o aguantar. La UNESCO (2019) la define como “el respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias, así como el reconocimiento, la aceptación y el aprecio al pluralismo cultural, a las formas de expresión, a los derechos humanos de los demás y a la diversidad del aspecto, situación, comportamiento y valores de las personas”; por lo tanto, la aceptación y el respeto por lo diferente sería la tolerancia, mientras que el rechazo sería la intolerancia.

¿Para qué sirve la tolerancia?

Como venimos revisando, es necesario el respeto a la diferencia y a la diversidad de ideas, comportamientos, creencias, etc., para así no caer en un mundo de conflicto e intolerancia, ya que sería imposible creer o querer que todos seamos iguales. No tenemos que conjugar con las ideas de otros, sino ser empáticos y respetar, ya que si la tolerancia no existiera nos costaría mucho tener un ambiente de paz y equilibrio (Greenberg, 2000).

Sin embargo, para algunas personas tolerar se vuelve una tarea difícil porque muchas veces es mal-entendido debido a que se le ve como un acto de sumisión y pasividad, ¿por qué? Probablemente en estos individuos existe una dificultad para la apertura, aceptación de la diversidad, reflexión, y suelen tener un ego pobre disfrazado de egoísmo y/o desde la ignorancia de su postura, desde la cual se sostiene el miedo a lo desconocido. Es por ello que para poder desarrollar la tolerancia es necesario empezar a cuestionar nuestros marcos de referencia, creencias y comportamientos.

Desde el lado grupal como sociedad, puede verse como un miedo primitivo al peligro de desintegración del grupo y, por tanto, se ponen barreras que salvaguarden la igualdad y pertenencia para poder mantener un comportamiento que haga hincapié al compañerismo y sentimiento de certeza y confianza en los demás (Nezu, et al. 2006).

De acuerdo a la encuesta nacional de cultura cívica (ENCUCI), realizada por el INEGI en 2020, el 41% de la población de 15 años y más, a nivel nacional, está de acuerdo en que alguien que piensa diferente, brinde su opinión pública y 39.1% de la población está muy de acuerdo con escuchar la opinión de una persona que piensa diferente. (INEGI. 2020)

Una reflexión sobre la tolerancia

El camino a la tolerancia es un espacio reflexivo que nos lleva a vernos a nosotros mismos, a sabernos tan diferentes como similares a los otros y así dejar de aferrarnos a sostener la rigidez de un ideal que no tiene porqué ser el de todos. Esta flexibilidad y consistencia de quiénes somos como individuos y de dónde formamos parte que se construye y refuerza con la reflexión, el análisis y la crítica al razonamiento, da mayor constancia a nuestra identidad pese a los cambios, aumenta la aceptación y respeto a lo diferente, lo que facilita la aceptación de eso que no compartimos. Sin la diferencia no podríamos conocer, aprender para crecer y expandirnos.

No obstante, debemos saber que como cada camino andado necesita tener una demarcación (un límite para poder marcar el camino y no perdernos en ello) entonces ¿cuál sería el límite de la tolerancia? Vale la pena reflexionar sobre ello y pensar que podemos ser flexibles porque nos sostiene lo construido mental y socialmente, hasta donde la acción que viene de otro no nos dañe o nos haga sufrir; o, del lado opuesto, podemos creer, actuar, pensar, etc., hasta donde esto no rebase la integridad y bienestar ajeno.

¿Cómo desarrollar la tolerancia?

Aquí te compartimos algunas formas para desarrollar la tolerancia.

  • Socializa desde la apertura para conocer otros puntos de vista: visita nuevos sitios para conocer otras formas de ver y entender el mundo; esto enriquece nuestro pensamiento crítico y reflexivo.

  • Juega el rol de abogado: si tuvieras que defender a la otra persona que tiene una idea opuesta a la tuya ¿cómo argumentarías el caso? Esto ayudará a ampliar el panorama, a quitar la nube de niebla que hace rígido y minimiza nuestro pensamiento. Te sorprenderá ver cuántas cosas pasamos por alto cuando nos damos la oportunidad de ver más allá.

  • Apertura de visión: nos hará ver que, por increíble que parezca, habrá puntos comunes, pues todos somos tan diferentes como similares. Esto facilitará el vínculo con el otro para poder ser más empáticos con la otra persona.

  • Identifica ideas irracionales y rígidas que te llevan al rechazo de lo diferente, cuestiónalas y aprende a reformularlas.

Si te resulta complicado andar el camino de la tolerancia en lo individual, te invitamos a que aproveches nuestro servicio de Orientación Psicológica. Aquí aprenderás a mejorar la tolerancia y tus habilidades de comunicación.

Psic. Alberto Barcenas García

Orientación psicológica

Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)

 

Referencias

Greenberg, L y Paivio, S. (2000) Trabajar con las emociones en psicoterapia. 2da Ed., pp 153-170., Editorial Paidos.

Nezu, et al. (2006) Formulación de casos y diseño de tratamientos cognitivo conductuales. 1ª Ed., pp 242-245., Editorial El manual moderno.

https://www.cndh.org.mx/sites/default/files/documentos/2019-05/32-DH-tolerancia.pdf página web consultada en 25/02/23

https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/encuci/2020/doc/ENCUCI_2020_Presentacion_Ejecutiva.pdf, Página web consultada en 25/02/23