En algún momento el empleo fue definido como el conocimiento aplicable y necesario del trabajador para desempeñar un conjunto de tareas, condicionado solo a la acción ejercida sobre las tareas, viéndolo como un requisito para cubrir nuestras necesidades; pero que mejor que enamorarnos de nuestra profesión y conectarla con nuestra vocación.
El amor a la profesión despierta nuestros dones ocultos, el sentir entusiasmo por lo que hacemos, interés por saber que hay más sobre ella, cierto placer al ejercerla y plenitud por cubrir nuestras expectativas, nos llena de energía, nos emociona y nos satisface, puesto que hacemos lo que amamos y amamos lo que hacemos.
Consejos para tener un mejor desempeño en nuestra entrega laboral:
■ Llega al trabajo con entusiasmo. Es fundamental sentir entusiasmo por lo que se hace para tener un buen rendimiento, ya que te hace sentir bien, aumenta tu motivación y de cierta forma logra que disfrutes lo que haces.
■ Mantén buenas relaciones con tu jefe y compañeros. El tener una relación sana con tus compañeros de trabajo puede hacer que tu trabajo sea más placentero, de lo contrario, tener pequeños percances puede llenar tu día de estrés.
■ Establece metas y organiza tu tiempo. Persigue metas alcanzables, tratando siempre de obtener los mejores resultados; de la misma forma organiza tu tiempo, utiliza agendas y establece horarios para las actividades planeando lo que vas a realizar en el día.
■ Haz lo menos agradable o lo más difícil primero. Al iniciar la jornada tus niveles de concentración son mejores y tienes más energía, dando como resultado la solución de los temas difíciles con mayor rapidez y efectividad.
■ Ordena tu lugar de trabajo. Mantén tu área de trabajo conforme a tus intereses y a tu personalidad. Es difícil ser eficiente si tu lugar esta desordenado, el único propósito de trabajar en un lugar ordenado es facilitar el desempeño y creatividad.
■ Controla las interrupciones. Si alguna actividad necesita de mucha concentración lo ideal es reducir al máximo las interrupciones; pon el teléfono en silencio y deja en claro tu necesidad de tranquilidad. Si es necesario haz un letrero de “no molestar”.
■ Duerme a tus horas y alimentate bien. Para que el cerebro tenga un mejor rendimiento, debes tener un control sobre el descanso, alimentación y el ejercicio, siendo las actividades fundamentales para un cuerpo sano.
■ Tómate un tiempo. Por último, entre tus actividades diarias no olvides incluir pequeños recesos para distraer un poco tu mente y que tu cuerpo tome energías.
El secreto de disfrutar y amar tu trabajo no está en cambiar de puesto sino de actitud; si tienes que trabajar lo mejor es disfrutarlo, lo que resultará en un desempeño sano y proyectos de calidad.
Iván Mendoza
UTEL Editorial