Quiero trabajar, ¿cambiará la relación con mis hijos?

Ningún sacrificio es demasiado grande cuando de los hijos se trata pero, ahora que tus hijos han crecido y quieres volver a trabajar, ¿cambiará la relación con ellos?

Quiero trabajar, ¿cambiará la relación con mis hijos?. Si eres un ama de casa que dejó de trabajar cuando nacieron sus hijos, debes sentirte orgullosa y satisfecha por privilegiar la salud y bienestar de tu familia, sin embargo, ahora que ya están creciendo y demandan menos tiempo tuyo, tal vez quieras retornar al mundo laboral; Aun así te angustia la posibilidad de que las horas en el trabajo afecten tu papel de madre. ¡No te preocupes!

En primer lugar, debes recordar que una madre que ama a sus hijos, siempre encontrará el tiempo y la forma adecuada para entregarles cariño, ternura y afecto, independientemente de si trabaja o no.

Un artículo del Centro de Pediatría Integral de México señala que los hijos de las madres que trabajan tienen un desarrollo emocional tan bueno como los demás niños y que el vínculo madre-hijo no se debilita sino que se propicia el desarrollo de otros aspectos indispensables para la formación del niño, como independencia, responsabilidad y madurez. Así pues, un mito menos: el de que los hijos de madres trabajadoras tienen más carencias emocionales.

Además, las guarderías o las escuelas, según sea el caso, estimulan las habilidades sociales del niño, de manera que sea capaz de jugar, compartir y comunicarse. Ahora bien, para evitar que tu hijo resienta sobremanera el cambio de situación, te recomendamos considerar los siguientes puntos:

• Busca una empresa y un lugar de trabajo que te brinden apoyo.
• Procura que tu empresa se encuentre a menos de una hora de camino.
• Considera la posibilidad de trabajar desde tu casa (en México el 2.5% de la población económicamente activa así lo hace).
• Evita la fatiga (evitando por ejemplo el tránsito).
• Date un tiempo para estar con tus hijos. Debe ser tiempo de calidad.
• Ve menos televisión y platica más con tus hijos.
• Reduce el tiempo que dedicas a los quehaceres domésticos. Reparte tareas y haz que te apoye toda la familia, incluidos tus hijos pequeños.
• Pide ayuda a los demás miembros de la familia, por ejemplo: el padre, el abuelo o los hermanos (por ejemplo, para que recojan a los hijos en la escuela).
• No te dejes dominar por sentimientos de culpa.
• Busca ayuda adicional si eres madre soltera. Hay instituciones que dan becas y prebendas especiales.

Así pues, con la estrategia adecuada, es posible que tanto tú como tus hijos puedan desarrollarse en paralelo, sin que el vínculo afectivo se vea deteriorado. ¡Llénate de valor y anímate a dar el paso!

UTEL Editorial