Internet ha cambiado nuestra forma de leer

Pararse en un semáforo de la calle más larga de nuestra ciudad, la avenida Insurgentes, y observar a la gente, es un ejercicio curioso. El número de teléfonos celulares inteligentes es casi igual al número de personas, toda la gente lee, habla con otros, vive el dinamismo de internet. Sin embargo, psicólogos y neurocientíficos se encuentran preocupados pues nuestra forma de leer ha cambiado drásticamente.

Los transeúntes de la ciudad de México, que por lo general son profesionistas ocupados (por lo menos en este lugar), tienen los ojos sobre su Smartphone, casi a todo momento. El teléfono es el compañero más fiel del profesionista, su agenda, su instrumento de trabajo, y un aparato que le permite tener conectividad y comunicación eterna.

Ante todo esto, somos conscientes que nuestros hábitos han cambiado demasiado en los últimos años. Los científicos formulan y sostienen la hipótesis de que este tiempo tecnológico es histórico y comparable con la invención de la imprenta. Debido al internet, nuestra forma de leer se hizo más rápida y superficial, las redes sociales y los anuncios publicitarios están en constante competencia por nuestra atención.

Anne Mangen, integrante del Centro para la Investigación y la Educación Lectora de la Universidad de Stavanger, y presidenta de la plataforma europea E-Read, es la líder que encabeza un proyecto de investigación que pretende medir los efectos de la digitalización en nuestros hábitos de lectura y en nuestro cerebro. Este proyecto, que comprende investigadores de toda Europa y el mundo, da por sentado que la lectura de hoy se ha vuelto menos profunda, y que cuando existe una pantalla de por medio, nuestra atención vuela.

Maryanne Wolf, investigadora de la universidad de Tufts, en Estados Unidos, sostiene que la lectura digital ha modificado nuestro cerebro, haciéndole más difícil efectuar una lectura profunda, analítica y crítica cuando es necesario. Se estima que los jóvenes de hoy cambian su objeto de atención unas veinte veces por hora, su mente actúa como en zigzag, y cambia de objetos constantemente.

Las redes sociales brindan una sensación de que siempre tienes que estar presente para contestar, algunos expertos como Wolf, recomiendan tomar un pequeño momento al día para desconectarse completamente, y darle un respiro a nuestro cerebro.

Vía El País

UTEL Editorial

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