Cayendo en conductas supersticiosas

Las supersticiones nos han acompañado a lo largo de la historia y cada cultura llega a tener las propias. Algunos pequeños ejemplos son:

  • En China usan constantemente el color rojo porque atrae la buena suerte; consideran que el número ocho trae fortuna, etc.
  • En México se tiene la superstición de ponerle a un recién nacido una pulsera roja para evitar que le hagan “mal de ojo”; entre otras supersticiones que tenemos los mexicanos son las encontradas en la investigación realizada por (Dávila, et al, 2018), donde la mitad de los entrevistados evitan en cierta medida pasar por debajo de una escalera, romper un espejo y derramar sal. Las personas que suelen evitar dichas acciones son personas mayores a los 65 años y personas sin escolaridad.

¿Qué es una superstición?

Las supersticiones son creencias y conductas que se atribuyen a una cuestión mágica o sobrenatural que no tiene explicación lógica y que da un efecto en algún aspecto de nuestra vida; es decir, se cree que un evento como usar una camisa de la suerte para una entrevista de trabajo traerá una consecuencia como conseguir dicho empleo. Si analizamos el caso anterior, resulta que no hay pruebas para confirmar que la camisa da suerte y en realidad la persona consigue el empleo por sus habilidades, experiencia, conocimientos, etc.

¿Cómo surgen las supersticiones?

Para Dávila (et al, 2018), las supersticiones surgen del miedo ante cualquier incertidumbre o peligro en la vida. Dentro de la psicología, Skinner estudió y demostró cómo las conductas supersticiosas se originan cuando “se produce un reforzamiento accidental de éstas en un momento dado, bastando éste para que la persona forme una relación entre su conducta y dicha consecuencia de forma estable” (p. 7, Mieres, et al, 2012).

Por tal motivo, las conductas supersticiosas se mantienen porque dan una sensación de control ante la incertidumbre, reducen los sentimientos de indefensión y se evita el asumir la responsabilidad de aprender habilidades de afrontamiento (toma de decisiones, locus de control, manejo de emociones, etc.).

También es importante resaltar que las personas que se dejan llevar por las conductas supersticiosas tienen un locus de control externo, es decir, consideran que sus éxitos, decisiones o fracasos se vinculan con la suerte, destino, supersticiones y no con ellos. De igual manera, llegan a tener baja autoestima, inestabilidad emocional y sugestionabilidad. Por otro lado, las personas con un locus de control interno consideran que sus acciones, decisiones, éxitos y fracasos se deben a sí mismos, a su trabajo constante y a hacerse responsables de sus actos (Noriega, et al, 2009; Mieres, at al, 2012).

¿Cómo dejar atrás las conductas supersticiosas?

Para dar respuesta a este tema, es necesario fomentar el locus de control interno. Se recomienda seguir los siguientes pasos:

  1. Debate tu conducta supersticiosa. Como se mencionó, las supersticiones no tienen evidencia lógica o científica de que sean reales. Por tal motivo, cuestiónate ¿hay alguna evidencia que demuestre ser verdadera? ¿Cuáles son esas evidencias? ¿No lo estarás malinterpretando?
  2. Afronta tu miedo. Si identificas que tienes varias conductas supersticiosas y te causan miedo, empieza a afrontarlas. Comienza con la que menos te cause miedo y poco a poco ve por la que te cause mayor temor. Antes de hacerlo puedes hacer una actividad que te dé tranquilidad, por ejemplo, respirar profundamente.
  3. Sé más proactivo. Centra tus esfuerzos en las situaciones que sí están dentro de tu control (tus propios pensamientos, emociones, decisiones, errores, etc.).
  4. Asume tus actos y trabaja en ellos para cambiarlos. Retomando el ejemplo de la conducta supersticiosa de usar una camisa de la suerte, vamos a suponer que Pedro hizo un examen y lo reprobó porque no la llevaba, asumió que no acreditó porque no tenía su camisa de la suerte; pero en realidad es porque no estudió y se confió. Pedro debe asumir que él es responsable de lo sucedido y, para evitar que suceda lo mismo, tiene que estudiar y aclarar sus dudas. También, organizar sus tiempos y priorizar actividades sería importante.

En conclusión, todos llegamos a tener conductas supersticiosas, las hemos aprendido por nuestra cultura o porque en algún momento hubo una coincidencia en nuestras acciones.

No obstante, hay que tener claro que éstas no son reales y que es un buen momento para ponerlas a prueba y verificar que son falsas ilusiones. Pongámonos a prueba y dejemos las conductas supersticiosas para asumir lo que nos corresponde, si te cuesta trabajo hacerlo, no dudes en pedir ayuda con profesionales.

Psic. Ana Karina Cárdenas Torres

Orientación Psicológica

Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP).

Bibliografía

Dávila, J., Cid, R., & Parra, A.  (2018). De la suerte, el juego y otros azares. Recuperado de https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/11/5135/22.pdf

Mieres, H., González, N., & González, A. (2012). La medición de la superstición y su relación con el locus de control. Revista de Investigación y Divulgación en Psicología y Logopedia, (1), 7-15.

Noriega, J., Álvarez, J., Guedea, M., Armenta, E., & Padilla, M. (2009). Locus de control, autoconcepto y orientación al éxito en adultos mayores del norte de México. Enseñanza e investigación en psicología14(1), 119-135.