Consumo desmedido: ¿hábito o comportamiento autodestructivo?

Se conoce como adicción al consumo frecuente de estupefacientes pese a saber las consecuencias negativas que producen. Estos consumos modifican el funcionamiento del cerebro y su estructura, lo cual llega a provocar conductas peligrosas.

Se considera una adicción, ya que es difícil intentar dejar de consumir dichas sustancias, mismas que provocan alteraciones cerebrales en los mecanismos reguladores de la toma de decisiones, del control inhibitorio y porque el usuario dedica gran parte de su tiempo a la búsqueda y consumo de ellas. IMSS (2023)

¿Qué es la adicción física y la adicción psicológica?

Adicción física

Ocurre en los sitios del cerebro donde las neuronas crean la necesidad del consumo compulsivo, debido a que el cuerpo se ha acostumbrado a la presencia de la droga.

Adicción psicológica

Es la necesidad de consumo de una sustancia manifestada a nivel de pensamientos o emociones, ante una situación estresante o ante algún problema; por lo tanto, no existe dependencia física debido a que no se desarrollan receptores a nivel neuronal para la acción de la sustancia adictiva.

Existen regulaciones para el control y fiscalización del uso de sustancias: ya sea para uso recreativo (alcohol o tabaco); para uso farmacológico (consumo de tranquilizantes, analgésicos opiáceos); o de uso general. Las consecuencias sociales del uso perjudicial o dependiente de las drogas llegan mucho más allá del usuario y afectan a sus familias y a otras relaciones personales.

El consumo de alcohol y tabaco son vistos como formas de socialización e integración a grupos. Las causas más comunes del consumo de tabaco son: hábitos y costumbres familiares, aprendizajes sociales, y, en algunos casos, como un mal conocido regulador del estrés. Sin duda, su incorporación como hábito de consumo conduce a posibles deterioros físicos.

Efectos de consumos

La nicotina contenida en el tabaco es sumamente adictiva y el consumo de tabaco es uno de los principales factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como de más de 20 tipos o subtipos diferentes de cáncer y muchas otras enfermedades debilitantes. OMS (2023).

La definición de fumador se entiende como la persona que ha fumado por lo menos un cigarrillo en los últimos 6 meses. Este consumo puede ser ocasional o diario. Fumador pasivo se describe como la persona que no fuma, pero respira el humo de tabaco ajeno o humo de segunda mano.

En México, conforme a la encuesta nacional de consumo de drogas, alcohol y tabaco (ENCODAT), la prevalencia de tabaco alguna vez en la vida en población de 12 a 65 años de edad es del 51%, de los cuales, 65.7% son hombres y 34.4% mujeres y la edad promedio de inicio del consumo de tabaco a nivel nacional es 19 años. (ENCODAT, 2017)

Vías para el cese del consumo

Para dejar de fumar es necesario tener una intención del cese y la intervención mínima que puede realizarse es educar sobre el tema. Intentar utilizar mensajes educativos e información del consumo busca generar cambios en las actitudes y en la conducta. Este camino pretende que el fumador note las distintas fases que conducen al consumo y al intento serio de abandonarlo. Los mensajes dados deben fomentar implícitamente la motivación a reducir y cesar el consumo.

Otra forma de reducir el consumo de tabaco es a través de estrategias que afronten la necesidad del consumo: aprender a anticiparse, evitar la tentación, mantener pensamientos que reduzcan la sensación de malestar, asimilar técnicas de distracción para las urgencias, prácticas de relajación, mantener la idea de cambiar a estilos de vida más saludables, entre otras.

Recuerda, debes aprender a solicitar ayuda cuando es necesario, ya sea en un grupo de apoyo o con algún terapeuta. Las pláticas o vídeos que reflejan un cambio esperado en el modo de consumo, solicitar auxilio a la familia, amigos o compañeros de trabajo, o bien, establecer ambientes libres de humo de tabaco no debe ser descartado. Si identificas que tienes dificultad con tu consumo, busca un profesional.

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Psic. Alberto Bárcenas García

Orientación psicológica

Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)