Todos los días ocurren situaciones positivas y negativas en nuestra vida; vivimos momentos en donde nos sentimos llenos de alegría, y también hay otros que mejor quisiéramos no recordar. Todos ellos nos provocan alguna emoción, pero ¿te has preguntado alguna vez acerca de este tema?
¿Qué son las emociones?
Existen varias definiciones sobre las emociones y una de ellas es la siguiente: “las emociones son alteraciones súbitas y rápidas que experimentamos desde nuestro estado de ánimo, la mayoría de las veces por ideas, recuerdos o circunstancias” (Cano y Zea, 2012). Así que, cualquier situación que suceda puede provocarnos alguna de estas alteraciones que conocemos como emociones, y las más comunes son: tristeza, enojo, miedo, sorpresa, vergüenza y por supuesto, la alegría.
Hablemos de la alegría
La alegría es quizá una de las emociones más conocidas junto con la tristeza y el enojo, esto se entiende porque es una de las emociones primarias o básicas del ser humano; pero sin duda es la favorita. ¡A quién no le gusta sentirse alegre y disfrutar de los buenos momentos! Sin embargo, poco sabemos de ella. La alegría es “descrita como una sensación fugaz y agradable, equiparable a menudo con la felicidad, el bienestar o el placer” (Alegría, s.f.). Esto nos lleva a pensar que la alegría es una emoción positiva.
Sin embargo, la mayoría desconoce que hay tipos de alegrías (Psicoglobal, 2022), los cuales los podemos ver de esta manera:
- Alegría verdadera: Es aquella que se genera de forma natural y espontánea después de un acontecimiento placentero.
- Alegría hilarante: Este tipo de alegría se experimenta, por ejemplo, cuando nos cuentan un chiste, es decir, es la respuesta a situaciones espontáneas que nos resultan graciosas.
- Alegría simulada: Es la que se muestra de manera intencionada sin que exista nada que la genere. Dentro de este tipo de alegría se encontraría la cínica, que es aquella que se genera para evitar dar otro tipo de respuesta. Por ejemplo, cuando alguien nos pregunta algo que no queremos responder, nos reímos para evitar tener que dar otro tipo de respuesta.
- Alegría maligna: Cuando nos reímos de la desgracia ajena. Las personas que la experimentan se sienten alegres porque a otras personas no les va bien en la vida o porque han cometido algún error. Por ejemplo, un niño en clase dice mal la lección y sus compañeros se sienten alegres por ello.
- Alegría patológica: La alegría, como el resto de las emociones, en grandes cantidades también puede ser peligrosa. Una persona que siempre se está riendo o que siempre está feliz puede perder el control de la situación y dejar de ser objetiva. Esto puede ser peligroso y poner en riesgo la salud mental de la persona. Por ejemplo, la alegría patológica se puede producir en el transcurso de un episodio maníaco. Se trata, por lo tanto, de un estado de hiperactivación desproporcionado
Entonces, no todos los tipos de alegría son adecuados, sobre todo aquellos que provocan consecuencias negativas. Por esta razón, se han estudiado los efectos de las emociones en el ser humano y en específico se ha observado que dos tipos de alegrías, la verdadera e hilarante, tienen algunos beneficios en nuestro organismo como:
- Disminuir el estrés: Estar alegres nos ayudará a controlar nuestros niveles de estrés. Está comprobado que reírnos hace que se segreguen algunos neurotransmisores encargados de reducir el estrés, por ejemplo, adrenalina, serotonina o endorfinas.
- Mayor fortaleza: Las personas alegres muestran mayor fortaleza y ganas a la hora de tener que hacer frente a los problemas, se sienten llenos de energía.
- Mejor rendimiento: Si estamos alegres rendiremos mejor en diferentes áreas de nuestra vida como en el trabajo o en la escuela. Existen muchos programas de motivación que tienen como objetivo alegrar a las personas porque está comprobado que los trabajadores alegres y felices son más productivos.
- Mejora el sistema inmune: Se dice que la alegría y, en general, las emociones positivas, mejoran el sistema inmunológico, ayudándonos a estar más sanos.
- Mejor sueño: Nuestro sueño puede mejorar y hacer que tardemos menos tiempo en dormir o que tengamos más calidad y cantidad de descanso si nos encontramos alegres.
Ahora que ya conoces los tipos de alegrías y los beneficios que puede generar en nuestro organismo, te invito a que observes qué o quiénes te hacen sentir alegre día con día. Y cuando identifiques la presencia de alguna emoción negativa, o incluso cuando observes que la alegría no tiene efectos positivos, reflexiones sobre los motivos o situaciones que pasaron a tu alrededor. De ser necesario, acude con un profesional para resolver estos conflictos y aprender a manejar tus emociones de manera adecuada.
Psic. Ariana González Trejo.
Orientación Psicológica
Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)
Referencias.
Alegría. (s.f.). Consultado el 09 de mayo 2022. Retomado de: https://concepto.de/alegria/
Cano, S. & Zea, M. (2012). Manejar las emociones, factor importante en el mejoramiento de la calidad de vida. Revista LOGOS Ciencia y Tecnología, 4 (1), 58-67. https://www.redalyc.org/pdf/5177/517751763003.pdf
Psicoglobal. (2019). Psicología de las emociones: La alegría. Retomado de: https://www.psicoglobal.com/blog/psicologia-emociones-alegria#%C2%BFqu%C3%A9-tipos-de-alegr%C3%ADa-existen?