Procrastinación: enemigo emocional para cumplir tus objetivos

La procrastinación puede ser definida como “la tendencia a perder el tiempo, demorar y posponer de forma intencionada tareas o situaciones en lugar de afrontarlas” (p. 2, Wilson y Nguyen, 2012). En esta acción resalta una falta de organización del tiempo pero también un componente emocional que a veces, aún con un horario organizado, podría derivar en el abandono de objetivos.

Existen hipótesis sobre el miedo al fracaso como el factor determinante de procrastinar las actividades y también está la evidencia que apunta a que en la mayoría de los casos tiene que ver más con una respuesta evitativa según la interpretación que se le otorga a las actividades: aparentemente “aburrida”, “lejana” o “desagradable” (Wilson y Nguyen, 2012).

La procrastinación como una vía de escape

Se habla de la procrastinación como una conducta impulsiva que lleva a la persona a responder al beneficio a corto plazo de “deshacerse” del malestar, sin darse cuenta que a largo plazo será más un problema que una solución pues se ve comprometido el valor de la autoeficacia percibida, la cual se convierte en una vulnerabilidad para procrastinar nuevamente pues le otorga connotaciones negativas a realizar la actividad en cuestión (Garzón y Gil, 2017).

Es normal alejarse de las situaciones que parecen desagradables por la propia reacción de incomodidad que representan y, justo por ello, es necesario realizar una toma de perspectiva para poder avanzar aún si al principio parece una tarea incómoda.

López-López, et al (2020) realizaron un programa piloto para disminuir los factores que contribuyen a la procrastinación basado en la terapia de aceptación y compromiso (ACT). En ese programa encontraron una disminución de la misma con diversos ejercicios enfocados al trabajo con pensamientos y ejecución de acciones comprometidas. Entre los diferentes ejercicios utilizados, incluyeron la metáfora del túnel que se resumirá y modificará para que lo apliques pensando en aquel objetivo que tanto te esté costando (puede ser tu carrera, cambiar hábitos por tu salud, mejorar en tu trabajo, entre otros).

Arriesgarse a pesar de todo

«Imagina que estás completamente rodeado de montañas. Al otro lado de las montañas está aquello que más te importa alcanzar en este momento de tu vida. Para llegar a eso tienes que atravesar las montañas, pero no hay manera de poder hacerlo. El único camino que existe es un túnel muy oscuro. En la puerta del túnel hay un cartel que pone “dirección hacia lo que de verdad te importa”. El problema es que en este caso tú le tienes mucho miedo a los túneles y cuando te acercas a la entrada del mismo tu mente te dice: “Aquí dentro puede haber peligro, no se ve la luz del fondo, no sabes en qué condiciones está el túnel y lo difícil que puede resultar cruzarlo”.

Por si fuera poco, tu mente que funciona como una radio siempre encendida y que no se apaga de ninguna manera, te sigue contando cosas como: “Tú no eres capaz de atravesar el túnel, eres básicamente miedoso/a y eres un perdedor/a”. Además, cuando te acercas al túnel te invade la ansiedad y el desánimo, notas cómo tu corazón se acelera, sudas, la respiración se entrecorta  y te pones en tensión, experimentando un fuerte impulso a huir y apartarte del camino.

El dilema en que te encuentras es el siguiente: si sigues lo que dice tu mente, tus sentimientos y las sensaciones de tu cuerpo te alejas del túnel y entonces nunca alcanzarás el objetivo que te has planteado. Si decides a pesar de lo que diga tu mente, tus emociones, tu cuerpo y tus impulsos, al entrar al túnel no te queda más remedio que “estar dispuesto/a” a caminar hacia lo que te importa llevando encima lo que dicen estas sensaciones, los cuales, es probable que no permanezcan por siempre. ¿Qué vas a decidir tú?

Cual sea la decisión que tomes, debes hacerlo de manera consciente, ya sea que elijas avanzar por dicho túnel (lo que conlleva experimentar cierto malestar pasajero) o abandonar la tarea (esto implicará renunciar no sólo al malestar pasajero sino a lo que más te importa en este momento de tu vida).

Si eliges continuar, considera que cuando se inicia con una nueva actividad es importante actuar de acuerdo a tu plan previamente establecido ya que este funciona como un mapa que guiará tus pasos uno a uno, que te brinda estructura y aminorará el impacto emocional que puede significar caminar por una ruta novedosa y, al inicio, compleja.

Referencias:

Garzón, A. y Gil, J. (2017). Propiedades psicométricas de la versión en español de la prueba PASS. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica, 1(43), 149-163, doi: 10.21865/RIDEP43_149

López- López, A., Toca, L., González, J., Pompa, B., Fernández, M. (2020). Intervención en procrastinación académica mediante la terapia de aceptación y compromiso: un estudio piloto. Revista clínica contemporánea, 11(1), 1-16, doi: https://doi.org/10.5093/cc2020a3

Terapias de grupos de tercera generación (2014). ACT: Metáfora del túnesl. Recuperado desde: http://fapcontexto.blogspot.com/2014/03/act-metafora-del-tunel.html#:~:text=%22Imagina%20que%20estas%20completamente%20rodeado,manera%20de%20poder%20hacer%20eso, el 21 de enero de 2022.

Wilson, B. y Nguyen, T. (2012). Belonging to tomorrow: An overview of procrastination. International Journal of Psychological Studies, 14(1), 212-217, doi:10.5539/ijps.v4n1p211

Psic. Ángeles Reyes Cortés

Orientación Psicológica

Programa de Éxito Académico y Profesional (PEAP)