¿Todos tenemos alguna manía?

Manía es un término que se ha popularizado y en ocasiones utilizado demasiado para referirse a síntomas o situaciones que no encajan del todo en sus características, como toxicomanía para referirse a las personas dependientes de las drogas, o dipsomanía para referirse al alcoholismo. La palabra “manía”, hasta antes del siglo XVIII, se utilizaba para referirse a las personas que tenían un comportamiento de locura o estaban fuera de sí.

Estudios sobre las manías

En la psiquiatría actual y en la psicología se utiliza el término para clasificar algunos trastornos, como maníaco-depresivo para hablar de personas que pasan de un estado de gran exaltación a una profunda depresión; o, en otros casos, también se clasifica en la psicosis maníaco-depresiva a los episodios melancólicos que se alternan con episodios de gran exaltación o manía.

Es importante aclarar la diferencia entre una manía y una obsesión: el concepto manía alude a pequeños comportamientos que mantenemos las personas a modo de ritual, incluso por razones supersticiosas (como dormir con una pequeña luz encendida o cerrar las puertas con la mano derecha). Las obsesiones son características del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y consisten en pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes, que son vividos por la persona como intrusivos e inapropiados que generan una elevada ansiedad o malestar.

Las conductas compulsivas

Es necesario saber distinguir entre costumbres o conductas compulsivas, ya que puede tratarse de actividades que interfieren en un grado importante en la vida; así como hay que evaluar el grado de malestar que nos provoca al no poder cumplir la tarea. Por esto último, también se denomina manía a la costumbre, comportamiento o preocupación injustificada y una gran pasión o afición exagerada hacia un objeto o comportamiento (Balarezo López & Galarreta, 2022, pág. 4).

Es pertinente aclarar que no todo comportamiento que pueda parecer exagerado o excesivo se considera una patología o entra en el umbral de las manías. Se utiliza el término en muchas situaciones y lo importante es contextualizar cuando esto interfiere en las relaciones y el entorno o si esto afecta al funcionamiento y a quienes rodean a la persona. De ser así, se le puede considerar una patología.

Asimismo, se debe diferenciar las manías de las philias, porque muchas veces a la persona que tiene una manía ni siquiera le gusta lo que está haciendo. Un par de ejemplos: la cleptomanía –impulso por robar– puede conllevar muchos problemas, pero la persona no puede dejar de hacerlo porque el impulso es demasiado fuerte; o a los piromaníacos que les fascina prender fuego, pero esta conducta los puede llevar a consecuencias muy negativas.

¿Qué hacer ante las manías?

Ante las posibles consecuencias negativas de una manía puede hacerse lo siguiente:

a) Saber identificar cuáles son los pensamientos compulsivos: en ocasiones se presentan o se notan como rituales; estos rituales se llevan a cabo ya que hacen creer a la persona que esa acción calmará su malestar.

b) Es primordial hacer el esfuerzo por no repetir la acción: es probable que esto incrementará el malestar, ansiedad, estrés o creencia irracional que se perciba al no cumplir con la necesidad de esta conducta.

c) Cuando la persona se enfrente a todo lo anterior puede descubrir que esa emoción no es peligrosa al analizar y concientizar que la vida siguió al tener una “prueba de realidad”: la vida funciona incluso si no llevo a cabo una conducta maníaca o ritualista.

En todos los casos, es importante que se visite a un profesional de la salud mental al percibir que las manías interfieren con el funcionamiento de la vida (el trabajo, familia o relaciones sociales). Cuando se tiene consciente una manía, también se posibilita su control, ya que es algo que se adoptó en algún momento de la vida y en realidad no afecta a otros. Respondiendo a la pregunta, ¿tenemos todos alguna manía? Se puede decir que sí, pero depende de cada uno considerarlo manía, costumbre o incluso ritual. Es nuestra responsabilidad identificar cuando ya son dañinas para uno y para los demás.

Psic. Paola Merino Montoya

Orientación psicológica

Programa de Éxito Académico y Profesional  (PEAP)

Bibliografía

Balarezo López, G., & Galarreta, B. (22 de 08 de 2022). Revista Científica, Universidad Científica del Sur. Obtenido de http://hdl.handle.net/10757/621302

Bousoño, N. M. (2017). IX Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología. Obtenido de : https://www.aacademica.org/000-067/824