“Es que los demás me tienen envidia”, “nadie me entiende”, ¿te suenan familiares estas frases?, puede tratarse de chantaje emocional.
Sentirse perseguido, acechado y centro de atención en todo momento, es síntoma inequívoco de un desajuste de personalidad, es cierto que hay que valorar y reconocer las capacidades propias, sin embargo cuando esto llega al exceso, se convierte en egolatría, que más tarde deriva en narcisismo, el cual es el germen del chantaje emocional.
Es verdad que podemos ser ofendidos y no seamos de la simpatía general, quizá seamos el punto de referencia en algún aspecto (bueno o malo) eso nos puede volver vulnerables, pero está en la inteligencia emocional saber afrontar estos “comentarios negativos” y transformarlos en áreas de oportunidad y crecimiento.
De manera genérica los chantajistas emocionales se dividen en dos categorías: pasivos y activos. A continuación una breve descripción de cada uno:
▶ Chantajista activo. Se asume como víctima al igual que el chantajista pasivo, sin embargo este externa su incomprensión e inconformidad con prácticamente todos sus conocidos, siendo la familia, compañeros de trabajo y pareja los más afectados. Crea entorno de sí un clima hostil, ya que la gente no sabe bien a bien cómo tratarla (o) y está a expensas de su posible reacción de malestar. Aunque se encuentre supuestamente de buen humor, dirá algún comentario sutil que ponga mal a quienes le rodean.
Cabe decir que no son necesariamente groseros, ni violentos, solo tienen una actitud defensiva constante. Dirá frases como “nadie me entiende”, “nunca me escuchas” o “no te importa lo que piense”.
▶ Chantajista pasivo. Actúa con autocompasión, tiene bajas expectativas y le atribuye sus fracasos a los demás. Es de perfil bajo, más bien tímido, reservado, cohibido e introvertido, no significa que este tipo de personas sean por obligatoriedad así. El caso es que el chantajista pasivo no externa, es físico y corporal, sus gestos suelen decirlo todo.
El chantaje emocional es utilizado para manipular a las personas, y hacer que actúen de modo condicionado para obtener atención o algún beneficio, perjudica sobre todo a las relaciones ya que se vicia la convivencia. El diálogo es lo más recomendado para erradicar el chantaje emocional, hablar sobre los sentimientos es fundamental ya que de ese modo podemos ser más empáticos.
Adair Rodríguez Angeles
UTEL Editorial
