Un puesto solicitado y las responsabilidades que conlleva muchas veces pueden afectar nuestro lado emocional; la ansiedad, el estrés, el enojo, la frustración y muchos otros sentimientos provienen de nuestro lado más humano y son parte de nosotros. Para poder tener un desempeño laboral favorable es necesario saber canalizar nuestro lado emocional.
Anne Kreamer ex vicepresidenta del canal de televisión para niños Nickelodeon escribió un libro titulado It’s always personal: Navigating Emotion in the New Workplace en el que explora las diversas emociones que se presentan en los seres humanos y aconseja soluciones prácticas.
El estrés, la frustración, el miedo y la ansiedad en el trabajo son normales, pero debes aprender a controlarlos en ciertas ocasiones. Aquí algunas situaciones emocionales que deben abordarse con inteligencia:
Enojo. Siempre es preciso averiguar con exactitud qué es lo que nos hace enojar sin necesidad de recurrir a la ira, si estamos demasiado enojados, lo más sabio es despejarse un momento. Ya despejados, debemos averiguar cuál es el motivo del enojo, y actuar calmadamente para solucionarlo.
Ansiedad. Lo más común es que las situaciones que nos producen ansiedad están fuera de nuestro control, y por eso desencadenan miedo. Lo más sano para hacer en este tipo de situaciones es dejar de poner tiempo y pensamiento en temas en los cuales no tenemos posibilidad de acción, y pensar en los que sí.
Frustración. Este sentimiento es natural cuando trabajamos demasiado y no obtenemos los resultados esperados, y puede provocar que nos bloqueemos y dejemos de funcionar con normalidad. No debemos interpretar los errores como “fracasos” sino como “intentos” que nos ayuden a cambiar estrategias y puntos de vista.
Decepción. La decepción viene encadenada a la frustración y al hecho de tener unas expectativas muy altas, si te sientes decepcionado trata de evaluar tu situación y mejorarte a ti mismo, para la próxima vez.
Rechazo. Sabemos que el rechazo es doloroso en cualquier ámbito de nuestra vida, sin embargo también es una forma de medir nuestra perseverancia y regeneración.
Todas estas emociones son comunes en cualquier ambiente laboral competitivo, lo más importante es que vayamos aprendiendo de nuestros errores, y a desempeñarse de forma que inteligentemente manejando nuestras emociones.
Ernesto Uranga
UTEL Editorial
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