Terminan las vacaciones y todo vuelve a la normalidad ¿cómo enfrentar el Síndrome postvacacional?
Las vacaciones terminaron, el maratón Guadalupe-Reyes ya quedó atrás, es momento de decir adiós a las desveladas, despertarse tarde y reducir nuevamente nuestra actividad social.
Un nuevo año está en puerta, así que hay que enfrentar el síndrome postvacacional para que no merme nuestro comportamiento.
Psicológicamente solemos asociar el trabajo como algo rutinario, monótono y por ende obligado; nuestra mente para contrarrestar estas sensaciones recurre a los recuerdos, así las imágenes de las vacaciones las percibimos con añoranza, incluso con un dejo de irritabilidad, repercuten en nuestro estado de ánimo lo cual genera un clima laboral hostil.
El espectro de la sintomatología del síndrome postvacacional es equiparable al de una depresión común que incluye una apatía permanente, susceptibilidad y episodios melancólicos con una constante visión negativa del entorno. En algunos casos el insomnio se hace presente o bien, somnolencia durante el día, incluso en casos más severos, se pueden manifestar taquicardias y sensación de sofocación.
La duración de este síndrome postvacacional no excede los quince días, aunque el reajuste realmente depende del condicionamiento del individuo al nuevo ritmo de trabajo, por lo cual la duración es muy arbitraria. No hay que sugestionarse si se presenta alguno de los síntomas citados, esto es un proceso de reorganización, pero si persisten, es menester la asistencia de un profesional.
Recuerda que tus compañeros de trabajo no tienen la culpa de tu estado de ánimo, muchas veces aunque no se exprese el disgusto verbalmente, con la actitud basta; una atmósfera densa genera un clima improductivo y pequeños resquemores que en suma, terminarán dividiendo al equipo. Antes de posar un pie en tu lugar del trabajo después de un periodo de descanso, mentalízate para que sea un día ameno.
Es inevitable sentir algo de melancolía tras unos días de vacaciones, pero todo está en mantener una actitud positiva de cara a un nuevo inicio de ciclo. Trazarse metas con los compañeros y con el trabajo propio estimula nuestras expectativas, reduce el estrés y nos mantiene ocupados en pos de la realización de nuestros objetivos.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
Considero que también depende mucho de que te guste tu trabajo, lo que haces y del clima laboral, si alguien se siente a gusto con su trabajo y sus compañeros, puede llegar a ser pesado pero una vez que pones el pie en la oficina, te tomas una taza de café y comienzas a conversar con tus compañeros todo se vuelve mejor, también en las vacaciones existe cierta añoranza por las personas con las que compartes tu día a día, quienes probablemente terminan siendo tus amigos.