Las emociones son reacciones de origen psico-fisiológico que impactan en la adaptación a los distintos cambios ambientales, activan y dirigen nuestra conducta. Desde la antigüedad los racionalistas griegos advertían que si estas no eran supervisadas, causarían estragos en las capacidades mentales superiores como el pensamiento racional y la toma de decisiones.
El psicólogo Robert Plutchik, propuso que existen ocho emociones básicas: temor, sorpresa, tristeza, repugnancia, enojo, expectativa, alegría y aceptación, cada una de estas nos ayuda a ajustarnos a las demandas de nuestro entorno, sin embargo se ha demostrado que están vinculadas a variaciones en la función inmunológica y por consecuencia, a las enfermedades.
Un grupo de investigadores de la Universidad Finlandesa de Turku, indagó sobre la reacción y localización de las emociones con la ayuda de 700 voluntarios y una cámara térmica que reflejaba el sitio exacto de cada sensación, esto con el propósito de reafirmar o desmentir los mitos entorno a en qué parte del cuerpo se ubica específicamente la emoción.
Los voluntarios observaron, leyeron y escucharon historias encaminadas a suscitar sensaciones en particular; se les pidió a los participantes que señalaran en punto exacto donde sentían dichas sensaciones y con qué color la asociaban, acciones que permitieron hacer una especie de mapa en el cual se muestra con claridad las zonas y la temperatura que inciden ante determinada emoción.
La publicación de los resultados corrió a cargo de la revista académica Proceedings of the National Academy of Science, las conclusiones son reveladoras en algunos casos ya que contravienen antiguas creencias de dónde sentimos las sensaciones, asimismo para los investigadores esto en teoría, ayudaría a entender mejor trastornos como la depresión y la ansiedad.
Se observó que en un estado de felicidad, el calor se distribuye de manera uniforme en el cuerpo acentuándose de manera mínima en la cabeza, en contraparte la depresión sugiere un “vacío” que se concentra en el torax y las extremidades se muestran débiles.
La ansiedad es una combinación bien definida donde la energía está concentrada desde el tronco hasta la cabeza, sin embargo hay cierta rigidez en brazos y pies.
El coraje involucra el plexo solar en una especie de “T” que involucra brazos y cabeza, del abdomen a los pies se percibe cierta neutralidad. Una de las emociones que causó más asombro fue el rechazo o desprecio, aquí hay una temperatura templada en el rostro, esto recorre parte de la laringe, al llegar al pecho la energía se apaga de quietud o estaticidad, el endurecimiento en las piernas es notorio.
México no ha permanecido ajeno al estudio de las emociones, Antonio González Caballero (polifacético en lo quehaceres del arte) conocido particularmente por su labor docente y dramatúrgica, perfeccionó durante 32 años un método de actuación que lleva su nombre, promueve a través de la exploración de una serie de apoyos imaginativo-energéticos, la creación de personajes.
Este método consiste en diseccionar el cuerpo en zonas: cálidas, templadas y frías, relaciona al actor-personaje con una energía animal proveniente de alguno de los cuatro elementos, a través de las “sensaciones” predominantes transforma la corporeidad del sujeto, siendo la emoción el motor que conduce y motiva todas las acciones del personaje.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial