La amistad está vinculada con la inteligencia, así lo reveló una investigación de la Universidad de Oxford, en la reunión anual de la Sociedad para la Neurociencia realizada a finales de marzo.
Los jóvenes con más relaciones sociales tienen varias regiones del cerebro más grandes y aumentan a medida que su lista de amigos incrementa; estos datos fueron dados a conocer por el diario británico The Huffington Post. Así la Universidad de Oxford vuelve a ponerse a la cabeza en materia de investigaciones relacionadas con el comportamiento humano.
El grupo de investigación entrevistó a 18 mujeres y hombres que, después de responder un sencillo cuestionario, los indujeron a un escaneó para monitorear su desarrollo cerebral; el resultado de dicho proyecto arrojó que, las personas con más relaciones sociales presentan ciertas regiones del cerebro con mayor tamaño en contraste los sujetos solitarios.
Con esto se comprueba que las personas con más interacciones sociales desarrollan mayor inteligencia que los solitarios; la investigación de la Universidad Oxford arrojó en primer plano que los impulsos cerebrales incrementan y están mejor conectados en las personas que poseen más amigos, así cuanto más sociales son, mayores son sus bits.
Los investigadores señalaron que el número promedio de amigos contactados en un mes, fue de alrededor de 20, en personas ordinarias, pero los que destacaron fueron aquellos que se relacionaron con más de 40 personas. Por otra parte, los que aseguraron solo haber visto a 10 amigos no presentaron ninguna modificación.
La corteza cingulada anterior, fue analizada por ser una de las regiones que registra la sociabilidad, es un área cerebral que se usa para mantener el registro de lo que hacen los demás, se descubrió a través de diversos exámenes que las conexiones entre esta área y otras que se ocupan del análisis sobre cómo otras personas piensan y sienten, están más fortalecidas en hombres y mujeres sociables.
De acuerdo con la líder de la investigación, Mary Ann Noonan, “este estudio es el inicio para comenzar a aprender más sobre cómo nuestro cerebro reacciona, se beneficia o se deteriora en situaciones sociales lo cual, piensan, podría conducir a nuevos tratamientos para el autismo, la esquizofrenia y otras condiciones en las que la gente lucha para interactuar con los demás”.
El beneficio de tener sanas relaciones sociales, frecuentar amigos y estar en constante comunicación con ellos, repercute en la inteligencia y el cableado cerebral para su óptimo funcionamiento.
Adair Rodríguez
UTEL Editorial
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